martes, 28 de abril de 2015

Mientras bajaba de su limosina, olvido como caminar.
Famosa sufre de un accidente en la alfombra roja
Ayer, en el majestuoso evento de los premios Oscar, Emma Stone, una actriz estadounidense de 26 años, llegó a la alfombra roja en una limusina negra cual carroza, pero no una de fantasía, una fea y desarreglada carroza, ya que cuando estaba bajando, su vestido verde brillante le jugó una mala pasada y quedó atorado, dejando a la pobre chica casi desnuda frente a millones de cámaras y flashes, que la aprisionaron para poder sacar las mejores tomas y poder mandarlas a los diarios y foros de Internet.
Ya había empezado la transmisión, cuando avisaron a los empleados que la próxima en bajar de la limusina será Emma Stone.
 La chica ya sabía que debía tener cuidado al bajar del auto ya que su vestido tenía un gran tajo en la pierna y si no quería ser la primera en avergonzarse, sólo tenía que pisar primero con la pierna izquierda. Pero muchas cosas debían estar pasando por su cabeza. Porque, al bajar, olvidó ese detalle y como para empeorar las cosas, su vestido decidió no cooperar y atorarse en el auto, dejó a Emma en su ropa interior, con todos los fotógrafos rodeándola y los empleados tratando de ayudarla.
“Ella estaba llegando, nosotros debíamos acercarnos a ayudarla por las dudas, pero cuando se cayó la gente se volvió loca, quería sacar fotos, nos empujaban y nos sacaban afuera” cuenta uno de los empleados, “Todos nos empujábamos para poder obtener una mejor toma y poder venderla rápido”, cuenta un fotógrafo que logro vender dicha foto a un precio muy caro en Internet.
 Si bien el conductor no quiso hablar con nosotros, en su cuenta personal de Twitter contó que para él, Emma Stone estaba perfecta, un poco nerviosa, pero que no creía que estuviera borracha. Al levantarse, la actriz notó cómo su escote era más grande de lo que debía y mostraba mucha mas piel, por eso tuvo que usar como escudo la puerta del auto hasta que unos ayudantes bastante lentos lograron pasar por esa multitud y la escoltaron a un pequeño salón donde tenían guardados todos los guardarropas de los famosos.
Como la mayoría de los años siempre hay uno o dos vestidos que se terminan rasgando o rompiendo completamente. Todas las estrellas deberían llevar un vestido de más para poder hacer un cambio por si pasa algo. Afortunadamente, nuestra actriz tenía un vestido de reemplazo en aquel salón. Así, con ayuda de su manager, logró cambiarse a tiempo para presenciar la primera etapa de los premios.
Lo cierto es que nadie pensó que el primer papelón de la noche se lo llevaría Emma Stone.


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