En este ensayo se analizará como los
protagonistas de “La noche boca arriba” y “El sur” se mueven entre dos mundos
con diferente espacio-tiempo, la focalización de dichos relatos y que
procedimientos utilizan los autores para provocar un efecto en el lector.
En ambos cuentos se da un corte del
espacio-tiempo, en uno de forma más directa que en el otro.
En “el sur”, el protagonista sufre una
septicemia y decide, a raíz de eso, visitar su casa de campo. A partir de aquí,
se empieza a percibir un acrónismo, que solo aquellos con conocimientos de cómo
era Argentina en 1939 y anterior a eso pueden percibir. Se describe un campo
mucho más antiguo de lo que debería ser, un campo que el protagonista conoce a través
de la literatura gauchesca y de lo que él se acuerda de su niñez.
Así, vive una doble muerte (aunque debido a
los diferentes usos de tiempos verbales no se logra entender si muere o no)
defendiendo su nombre cuando un señor lo desafía, o luego de la operación nunca
mejora y su viaje al sur era solo un sueño.
Al contrario, en “La noche boca arriba” el
cambio entre los dos mundos se da de forma más directa. Cuando el protagonista
sufre un accidente, es trasladado al hospital donde lo operan y queda en la
camilla recuperándose. Allí comienza a soñar que es un aborigen molteca en
medio de una guerra florida. Lo capturan y sabe que va a morir por lo que queda
en el lector interpretar si muere en el hospital y lo demás era un sueño o si
el aborigen era el que sueña con un mundo futurista y muere en un sacrificio.
Cuando se lee el cuento se puede observar
que cada vez que el protagonista cambia de mundo, hay un doble espacio entre
párrafos y que esta “ayuda” deja de
aparecer a medida que el cuento avanza.
Ambos textos están
escritos en tercera persona, pero con pequeñas trampas para confundir al
lector.
El cuento de Cortázar
está narrado desde el punto de vista del protagonista. Esto, junto con la
ambigüedad y la mezcla de voces del narrador y del protagonista hace que el
lector entienda que la realidad del moteca es un sueño (como si fueran
alucinaciones del protagonista que se esta muriendo en la camilla).
Se utiliza los
contrarios para marcar la diferencia entre ambos mundos: uno es en el presente,
en la ciudad y es de día, mientras que el otro es en el pasado, en la selva y
de noche. Para desconcertar al lector todavía más, el autor utiliza metáforas y
comparaciones que dejan al otro dudando:
“[…] con luces
verdes y rojas que ardían sin llama ni humo, con un enorme insecto de metal que
zumbaba bajo sus piernas.”
Si el “verdadero”
es el chico de la moto, porque no sabe que las luces son el semáforo y el
insecto la moto?
En el cuento de
Borges, en cambio, para poder comprenderlo a fondo se debe conocer datos
biográficos del autor, como que al igual que el protagonista tiene antepasados
argentinos y alemanes. El linaje es algo importante en el relato porque es el
centro de toda la historia: como el protagonista lee Las mil y una noches en
una edición alemana pero cuando llega al campo se hace alusiones al Martin Fierro,
y la muerte que cada uno tiene, al alemán se le asocia una muerte mas pasiva,
en cambio al argentino gaucho a una muerte de combate, por lo que se entiende
que el decide pelear con el compadrito para poder defender su nombre.
Además, hay una
frase que divide al texto en dos, aclarando que lo que sigue debe leerse con
cuidado
“A la realidad le
gustan las asimetrías y los leves acronismos.”
En el momento que
sube al tren empieza un “viaje al pasado” con claras intenciones de llevar al
lector al mundo del Martin Fierro, incluso el hombre que le pasa la daga para
que pelee se lo describe como a Fierro.
Otro punto
importante es el juego con los diferentes tiempos verbales, ya que el pretérito
pluscuamperfecto del subjuntivo muestra imposibilidad mientras que el presente
del indicativo muestra certeza
“Sintió que si él,
entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que
hubiera elegido o soñado”
Por lo que nunca queda claro que es ciento por
ciento verdad, si soñó la muerte heroica o si realmente murió así. A esto se le
suma el uso del adverbio acaso en el ultimo párrafo que pone en duda todo lo
relatado, porque entonces tal vez si sabia utilizar el cuchillo y se salva.
En conclusión, se
puede observar que en ambos cuentos los autores buscan generar ambigüedad para
que el lector nunca sepa si lo que está leyendo es verdad o no y que lo que
hace que sean tan similares es la oportunidad de poder cambiar su muerte, en el
caso de Dalhmann, una muerte heroica y en el caso del otro chico, siendo
sacrificado, en vez de una muerte pasiva por una enfermedad y un accidente,
respectivamente.
Ahora sí, Tamara. Mejor.
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