Medea y cómo responde y
transgrede el rol de la mujer en su época.
La mujer
siempre fue vista como un ser inferior, delicado y frágil y a través de la
historia se puede ver claros ejemplos de que, cuando uno quiere romper ese estereotipo,
se la trata de bruja o violenta. En el siglo V A.C., cuando Eurípides pensó una
nueva forma de mostrar esta tragedia a los griegos, intento plantear una
realidad en la que la mujer pueda defenderse con coherencia ( dentro de las
tragedias era común el asesinato como forma de venganza) y salir como la
vencedora, la heroína.
En
la época que esta situada esta tragedia, la mujer era el “ama de casa” que
criaba a los hijos y era útil solamente cuando había que hacer tratados con
otras familias. Al principio de la obra Medea responde a este estereotipo,
lamentando sus penas y llorando hasta el cansancio la traición de su marido.
Luego se puede la evolución de su carácter cuando comienza la catarsis, es
decir cuando empieza a planear su venganza contra Jasón. La nodriza desde el principio
teme por los hijos de Medea, ya que reconoce en ella su poco interés hacia
ellos y no quiere que estos salgan lastimados:
“(a los hijos de Medea) y no os acerquéis
a su mirada, y no os aproximéis sino vigilad el carácter salvaje y la
naturaleza odiosa de su corazón obstinado.” (Nodriza, estrofa 100, prologo)
En esta evolución, ella deja de
considerar su amor hacia Jasón como su deber y comienza a lamentar haber
traicionado a su patria, su tierra y a su familia por un hombre que la terminaría
abandonando.
“Oh patria, cómo tengo gran remembranza
de ti ahora!” (Medea, estrofa 328, primer episodio)
Se
ve surgir su lado “malo” y “de bruja”, pues esta dispuesta a matar a quien sea
para salir victoriosa, incluyendo a sus hijos.
De ahora en adelante, “utiliza una mascara” cuando se muestra sumisa y
pretende aceptar su destino, solo para poder poner en marcha su venganza sin
que la descubran. Un claro ejemplo es cuando habla con Creonte y como le dice
después al coro:
“Pues, consideras que yo habría adulado
alguna vez a éste si no me beneficiara o urdiera algo? Ni le habría hablado ni
tocado con las manos.” (Medea, estrofa 365, primer episodio.)
Un
ultimo momento de “feminidad” se puede ver en Medea cuando, una vez envenenada
la princesa, se acobarda y piensa en llevarse a sus hijos con ella, ya que no
cree ser capaz de poder matarlos, pero lo reconsidera ya que no quiere dejar
que sus pequeños mueran en mano de sus enemigos:
“ Jamás sucederá que yo entregue a mis
niños a mis enemigos para que sean ultrajados sin piedad. De todas maneras, es
forzoso que mueran. Y puesto que es necesario nosotras los mataremos porque les
dimos vida.” (Medea, estrofa 1060, quinto episodio).
En
conclusión, se puede decir que Medea es un personaje determinado a cambiar su
destino y no quedarse de brazos cruzados como acostumbraban muchas mujeres en
esa época. Tiene la valentía, la inteligencia y el poder suficiente como para
defenderse a si misma y logar salir ganadora en una situación digna de una heroína.